Gracias a tecnología de punta y un exigente programa de buenas prácticas, los observadores científicos del Instituto de Fomento Pesquero registraron una selectividad casi perfecta de nuestras operaciones de merluza común (98 por ciento). Logro que nos hace sentir orgullosos y es fruto del trabajo comprometido de cada uno de nuestro personal embarcado y del liderazgo de nuestro gerente general. Descubre su historia:
“En cuanto a tecnología y sustentabilidad Chile está a la vanguardia del mundo”Marcel Moenne Muñoz ha dedicado casi toda su vida profesional al desarrollo del sector pesquero. Este ingeniero civil industrial de la Universidad de Concepción comenzó su carrera en el año 1991 y desde ahí no paro. En total han sido 28 años años ligado a la pesca industrial en donde, cuenta, ha trabajado en cada una de las líneas productivas de la actividad: desde la captura hasta el procesamiento y hoy lo hace liderando los destino de la empresa de alimentos PacificBlu como su gerente general.
Su desarrollo profesional lo ha hecho desde sus inicios en la pesquería de merluza común, por eso, como pocos, conoce la historia y evolución de este emblemático recurso para Chile y sus formas de captura, entre ellas el arrastre.
Moenne además es miembro titular del comité de manejo de la merluza común, instancia participativa creada en la última legislación pesquera, en donde actores privados y del sector público debaten y acuerdan formas de manejo sostenible de la actividad extractiva. Con toda su experiencia asegura, sin dudar, que hoy la gran amenaza que tiene la pesquería tiene nombre y apellido y es la pesca ilegal.
Creo haber visitado casi todos los países donde se pesca merluza en forma importante. He estado arriba de los barcos y visitando plantas en Estados Unidos, Sudáfrica, Nueva Zelandia, Namibia, España, Argentina, Perú y Uruguay. Soy miembro hace años del Ground Fish Forum, que es una conferencia mundial donde anualmente se reúnen las principales empresas que hacen pesca de arrastre en el mundo.
En cuanto a tecnología y sustentabilidad Chile debe estar a la vanguardia del mundo junto con Nueva Zelandia. En cuanto a la disociación que existe entre la realidad de nuestra actividad y la percepción de la opinión pública y la clase dirigente, somos el vagón de cola del mundo. Lo normal en los países es que la flota pesquera sea un orgullo nacional, una especie de segunda armada. En Chile la sociedad no conoce lo que hacemos y nos critica sin razón.
La pesca de arrastre la iniciaron en la década de los 50 inmigrantes españoles y alemanes, en barcos pequeños de madera, en esa época no había distinción entre artesanales e industriales, todos eran pescadores que podían extraer los alimentos que provee la extensa costa chilena. Con el tiempo la pesca industrial ha sido sometida a los controles más rigurosos del mundo, de lo cual nos sentimos orgullosos como industria. La pesca artesanal, en tanto, está teniendo problemas y consecuencias de una ausencia de regulación más estricta.
Años atrás las redes las importábamos, hoy las diseñamos nosotros, copiamos lo bueno y lo mejoramos. En la pesca de merluza, según los datos oficiales de los observadores a bordo, el año pasado el 97,8% de lo que pescamos fue merluza y el resto especies que igual se utilizan comercialmente. Este año hicimos un nuevo diseño de red, único en el mundo, donde prácticamente no toca el fondo y pesca solo merluzas. Además tenemos equipos electrónicos de última generación, esto significa que cuando el capitán lanza la red al mar es para pescar un cardumen de merluza que tenía previamente identificado. Es altamente selectivo.
Me duelen y me perturban. Si la opinión pública tiene una mala opinión, nosotros ciertamente tenemos una cuota de responsabilidad de no haber informado oportunamente de lo bien que lo hacemos. Lo que me perturba es que los técnicos de la Subsecretaría de Pesca nos felicitan en privado y recorren el mundo vanagloriándose de lo que hemos logrado en Chile, pero la autoridad política lo desconoce totalmente en público.
Eso es una caricatura que impusieron en el mundo en los 80 las ONGs ambientalistas de propaganda, que el mundo procesó y abandonó anteponiendo los estudios científicos, pero que en nuestro país aún permanece, es lamentable.
Conozco prácticamente todas las flotas que pescan merluzas similares a la nuestra en el mundo y sólo hay barcos de arrastre. El único país que se sale del estándar mundial es justamente Chile en que la fracción artesanal pesca merluza con enmalle. Eso puede ser eficiente para un bote, pero no es pesca moderna, ni eficiente, ni selectiva.
La nueva ley creó el comité de manejo, que está compuesto mayoritariamente por representantes de la pesca artesanal y cuyos acuerdos se toman por consenso. Menciono los principales problemas que detectó el comité de manejo y quedaron plasmados en el plan de manejo, que es un documento público y oficial del estado de Chile: Pesca ilegal, bajos precios de venta, falta de fiscalización. Esos tres factores atentan contra la recuperación del recurso.
El Comité de Manejo lleva 4 años pidiéndole al Estado de Chile que certifique el 100% de los desembarques de la pesquería de merluza común y no sólo los industriales, también los artesanales. Si todos respetáramos las cuotas, el precio en playa se triplicaría y la necesidad económica de hacer pesca ilegal por parte de un sector de la pesca artesanal sería mínima.
Hemos logrado un producto fresco de una calidad superior que solo se logra en barcos industriales enfriando rápidamente la merluza a bordo en estanques con agua y hielo. Ese producto esperamos sea valorado por el consumidor final.
Hoy ya vendemos el 60% de nuestra producción de merluza en Chile ya sea como pescado fresco, filetes congelados o productos preelaborados de valor agregado. Si llegamos a vender el 100 por ciento de nuestra merluza en Chile sería motivo de orgullo.
Que se informen a través de las entidades formales y que los invito a pescar en nuestros barcos cuando quieran, que tomen fotos, filmen, conversen con nuestra gente todo lo que quieran, no tenemos nada que ocultar.
